Don Alonso Fernández de Lugo obtiene de la corona (Reyes Católicos), como contraprestación de la conquista, el título de Adelantado y la gobernación de los territorios. Ostentó el derecho pleno de administrar justicia, nombrar los diferentes cargos administrativos, judiciales y militares, adjudicar terrenos, dictar ordenanzas y ser cabeza del Cabildo.
La sucesión en el cargo de los descendientes de Fdez. La Villa se fue configurando a lo largo del siglo XVI en dos núcleos de población, que surgieron de un modo diferenciado. El primer asentamiento elegido por el Adelantado, entorno a la Parroquia de la Nuestra Señora de la Concepción, se caracterizó por no tener un trazado urbano planificado, tan solo unas casas de mampuesto y cubierta de paja, y que dieron forma a un pequeño caserío.
Las dos villas, La Villa Veccia o Villa de Arriba y la Villa de Abajo, terminan uniéndose. Se funda una nueva ciudad, mediante conceptos renacentistas basados en fórmulas matemáticas, y trazando sus calles haciendo uso de utensilios de navegación. Un sistema urbano en retícula, formado por calles rectas que constituyen manzanas. Su trazado es el primer ejemplo de ciudad no-fortificada, ejemplo de Ciudad de Paz, una ciudad- territorio que se sirvió de sus propias fronteras naturales para delimitarse: el Barranco de Chamarta y de las Carnicerías o Gonzalianes, así como de la propia laguna y las montañas que la rodean, serán sus sistemas defensivos naturales.
También como ciudad de interior en la geografía de la isla, se protege de los continuos ataques piratas que amenazan las costas canarias. En la Villa de abajo, configurándose al modo castellano, se levanta la plaza mayor en torno a la que se establecen las casas de Adelantado, de Justicia y Gobierno de la Isla.
La Reina Juana I de Castilla, manda Real Cédula en 3 de Febrero de 1510, concediendo título de Villa y escudo de armas. En este consta del Arcángel San Miguel, con atributos militares; bajo el santo, el castillo y el león rampante de los reinos de Castilla y León y custodiando un monte llameante, que representa El Teide, bañado por el mar que lo rodea.
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A lo largo de la centuria el crecimiento urbano se produjo de manera rápida, hasta el punto de que en 1588 el ingeniero militar Leonardo Torriani, enviado a las islas por Felipe II para realizar la mejora de la defensa y descripción de las mismas, dibuja un plano de Villa de La Laguna y se representan ya tres conventos, seis ermitas, el Cabildo, Iglesias, dos hospitales, plazas y calles, que podemos ver aun hoy en día.
En el siglo XVII se produce un importante impulso del comercio exterior con los Países Bajos, Inglaterra e Indias, a través de la consolidación de la viticultura local. Tegueste, La Punta del Hidalgo, Geneto o Taganana, serán las principales zonas de cultivo. A mediados de siglo, la producción descontrolada de esos productos vinícolas, trajo consigo la pérdida de terrenos para el cultivo del cereal y pasto para el ganado.
El XVIII será uno de los momentos de mayor prosperidad y de cambio socio-económico que experimente Canarias y La Laguna. Al amparo del librepensamiento y la visión crítica del país, surgen reuniones de carácter culto y con una intención reformadora, en las que se cuestiona los aspectos sociales, religiosos, culturales y económicos de la isla. En La Laguna, la Tertulia de Nava, fue la más importante. Su impulsor fue D. Tomás Lino de Nava Grimón y Porlier (1734-1779), hombre con grandes inquietudes intelectuales y con amplias responsabilidades políticas.
Desde mediados del ochocientos, La Laguna comenzará a perder poder en favor de Santa Cruz, debido al traslado de los Capitanes Generales y al crecimiento del Puerto de Santa Cruz. La Guerra de Independencia, y la creación de un gobierno alternativo como el de la Junta Suprema de Canarias, marcarán el ritmo político en La Laguna.
A finales de este siglo XIX en La Laguna se produce una mejora apreciable de las vías de comunicación. Los vaivenes históricos de San Cristóbal de la Laguna no han producido cambios sustantivos en sus edificaciones y en su trazado urbano.
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Los textos del Cabildo informan de la continua presencia de mercados o de espacios habilitados para ellos en diversos puntos de la ciudad desde los primeros momentos de la ciudad. El más importante fue históricamente la plaza del Adelantado, centro de la actividad social y comercial.
Tras varios intentos de construcción de un mercado para la ciudad de San Cristóbal de La Laguna desde el año 1801, se plantearon diferentes proyectos de inmuebles en el interior de los graneros municipales situados en la plaza del Adelantado. Tras su incendio y completa ruina, en 1881 se da visto bueno al definitivo proyecto del arquitecto Vicente Armiño. Se utilizaron los materiales propios de la isla como la cantería de piedra, ladrillo y madera de Tea, pero se introdujo en su composición los nuevos materiales como el hierro fundido para puertas y remates.
Debido al crecimiento poblacional de la urbe en el siglo XX y el deterioro de la estructura de Vicente Armiño, se decidió demoler el inmueble y solicitar a Tomás Machado un nuevo proyecto en 1944.
A comienzos de los cuarenta del siglo XX, coincidiendo con la construcción del mercado Nuestra Señora de África de la capital tinerfeña por el Mando Económico de Canarias, se comenzó a hablar en San Cristóbal de La Laguna de la conveniencia de modernizar o sustituir la vieja recova de Armiño, deteriorada ya e insuficiente para las demandas de la población. Se optó, finalmente, por demolerla y levantar una más espaciosa. Era arquitecto municipal interino Tomás Machado y Méndez Fernández de Lugo. El primer proyecto es de 1944. Las obras comenzaron por el que iba a ser el patio central, en la trasera del viejo edificio, que, entre tanto, siguió abierto al público. En 1953 se aprobó un reformado, para añadirle el módulo de pescadería y salazones.
En 1961, Machado diseñó la fachada, dentro del neocanario que tan grato le era, en dos alturas, con frente porticado de arcos rebajados, ancha franja central de piedra, en la que se abrían la puerta principal y, en la segunda planta, un balcón descubierto con antepecho de forja, ventanas tradicionales de guillotina a ambos lados sobre los arcos y, rematándola, el escudo de la ciudad. Para romper la acentuada horizontalidad del edificio, Machado remontó la esquina del antiguo callejón del Matadero con un ajimez con celosía de tea, que intentaba mimetizar el del frontero monasterio de las catalinas. Las obras de construcción concluyeron a finales de 1962 y el nuevo mercado pudo abrir sus puertas en enero de 1963.
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Esta tercera recova estaba siendo sometida en 2007 a un plan de rehabilitación y modernización, cuando ocurrió el grave percance que llevó a su cierre y posterior demolición. Las obras habían comenzado en agosto de 2006 por el área de pescadería, en la que se invirtieron 1.150.000 euros, pues su estructura se hallaba seriamente deteriorada. Finalizaron en septiembre e inmediatamente se iniciaron las del patio central. Pero, en junio de 2007, con los trabajos avanzados (estaba previsto finalizarlos en noviembre), se detectaron diversas grietas en la estructura, provocadas por las excavaciones para la cimentación del nuevo edificio de los juzgados. Se intentó la reparación, sin conseguirlo. El edificio se clausuró el 20 de julio, por peligro grave de derrumbamiento. Otro millón de euros (928.101) al garete de un día para otro.
El 11 de diciembre del mismo año 2007 se inauguró, en la Plaza del Cristo, la recova provisional que, trece años más tarde, sigue estando y siéndolo: una carpa longitudinal de 2.700 metros cuadrados, más varias dependencias exteriores anexas (mercadillo, flores, tejidos, aves y otros animales, etc) y con 104 puestos. El Ayuntamiento aseguró, entonces, que en el plazo dos años la ciudad tendría nuevo edificio de mercado. En 2011 se convocó un concurso internacional de ideas para su construcción, al que se presentaron 265 proyectos, 84 de arquitectos canarios y el resto, de la Península y de distintos puntos de Europa. Fue elegido el de Carlos de Luxán/Almudena Peralta. Pero todo quedó en eso. Entre tanto, los tribunales condenaron al Gobierno de Canarias a resarcir al Ayuntamiento con siete millones y medio de euros, por daños y perjuicios.
La acción del tiempo y la pandemia que se resiste a abandonarnos han acentuado los problemas de esta carpa provisional, inadecuada para acoger con holgura suficiente en la actual situación sanitaria a comerciantes y trabajadores, obligados a permanecer en ella durante la jornada laboral, y a los clientes que acuden a hacer sus compras. Ni unos ni otros lo merecen. Pero habrá que esperar. Por fin, el Cabildo dio luz verde a la canalización del barranco de la Carnicería. Sin embargo, aun hay que expropiar terrenos y la permuta o cesión de otros, para encauzar las aguas y ampliar los exteriores y el edificio que se construya.
A juicio del actual equipo de gobierno, es necesario un nuevo proyecto de mercado municipal, el que demanda -recalcan- La Laguna del siglo XXI. Estiman los munícipes que el de Luxán/Peral ha quedado obsoleto y no contempla aspectos ahora imprescindibles. Defienden que se escuchen opiniones y sugerencias de técnicos en ingeniería y arquitectura y de especialistas en mercadotecnia, de comerciantes y de consumidores.
La Laguna necesita con la mayor urgencia un mercado que, sin ser faraónico, sea una construcción con futuro y con el sello inequívoco de nuestro tiempo, ejemplo de la mejor arquitectura contemporánea, en la que primen la calidad constructiva, la luminosidad y la amplitud; una obra que contribuya a enriquecer la peculiaridad que ofrece nuestra ciudad en la amplia área en la que ha de situarse, donde se dan la mano armónicamente los diversos estilos arquitectónicos de más de medio milenio de historia, aunque haya quienes sean incapaces o se resistan a apreciar el valor de ese legado plural, esencial para entender la peculiaridad, belleza y valor de nuestro patrimonio.
En vísperas de las últimas elecciones municipales, el ahora alcalde de San Cristóbal de La Laguna, don Luis Yeray Gutiérrez Pérez, y el actual presidente del gobierno de España, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, enviaron conjuntamente a la ciudadanía una carta con el compromiso de desatascar, entre otros, tres problemas básicos para el municipio: la desaladora del Nordeste, Las Chumberas y el Mercado. Tras largos años de dimes y diretes, el sangrante tema de Las Chumberas está, por fin, encarrilado y camina hacia su solución. Es buen augurio y reanima la esperanza en el cumplimiento de las otras dos promesas, para que, por lo que al Mercado municipal se refiere, deje de seguir arrastrando la larguísima cola de los incumplimientos flagrantes. La covid-19 y el tiempo han convertido el Mercado de San Cristóbal de La Laguna en cuestión prioritaria.
El Camino Largo es uno de los lugares más representativos de La Laguna, donde los ciudadanos encuentran un lugar preferente para los paseos, la práctica del deporte al aire libre, y se convierte, al mismo tiempo, en un refugio verde y natural integrado plenamente en la Ciudad. El origen de este camino data del año 1780, cuando el guardamonte mayor don Fernando de Molina Quesada lo abrió, pero el Cabildo rechazó el proyecto inicial, por entender que ya existían muchas alamedas que atravesaban los campos dedicados al pasto y que la presencia del ganado, al cruzar el nuevo paseo, lo deterioraría.
Hace más de cien años fue cuando el pleno del Ayuntamiento de La Laguna celebrado el 3 de abril de 1908, lo denominó Paseo de la Universidad, en atención a la solicitud mediante una carta de don Manuel de Ossuna, y también en la misma sesión, aprueba nombrar a los concejales Sres. Los primeros trabajos de urbanización, que configuró este paseo que mide 700 metros de largo, con pequeñas variaciones sobre el que conocemos actualmente, se empiezan a realizar en 1918, según proyecto del ingeniero lagunero don José María Pinto de la Rosa (La Laguna 21.08.1893-Las Palmas de Gran Canaria 05.11.1969). La plantación de palmeras, a un lado y a otro del paseo central y que caracterizan este lugar, fue realizada hace más de cien años, si bien en un principio, estuvieron plantadas acacias y eucaliptos.
Al comienzo del paseo y en la intersección con la calle de las Cruces (Quintín Benito) y Avenida Tabares Bartlett, se instaló en 1932 una pequeña fuente que desapareció unos años más tarde. Este espacio se consolidó a principio del siglo XX, cuando se comienza a simultanear como lugar de paseo y zona residencial, aunque años después decayó. Algunos de sus vecinos conocidos fueron, el catedrático de Derecho Político, don José María Hernández Rubio, don Sebastián de la Nuez Caballero, catedrático de Literatura Española de la Universidad de La Laguna y Premio Canarias de Literatura, entre otros.
Una de las construcciones más características del Camino Largo es el denominado Castillo, que fue residencia del intelectual don Domingo Cabrera Cruz, regalo que le hizo a su esposa doña Laura de la Puerta Guillén, directora de la Escuela Normal Superior de Magisterio de Mujeres, que falleció en 1949. El Ayuntamiento de La Laguna colocó en 1950, un anillo de bronce con su nombre y su efigie en el tronco de la primera palmera del tramo donde se encuentra esta singular edificación.
El Colegio Camino Largo abrió sus puertas en septiembre de 1985, siendo consejero de Educación, don Luis Balbuena Castellano, del primer Gobierno Autónomo de Canarias, que presidió don Jerónimo Saavedra Acevedo. Instalado al comienzo de este paseo y junto al Parque de la Constitución del 78. En su primera etapa el centro escolar estaba formado por un solo edificio, que se construyó en la finca que perteneció a don Quintín Benito, catedrático de Aritmética y Algebra y director del Instituto de Segunda Enseñanza de Canarias, hoy Cabrera Pinto.
El Castillo del Camino Largo
Los eventos sociales y las actividades culturales que se celebran en El Castillo del Camino Largo de La Laguna, sirven para financiar el mantenimiento y para dar a conocer al público este edificio singular. Los actuales propietarios lo adquirieron en el año 2002, en estado ruinoso, y lo rehabilitaron según los planos originales. El inmueble fue construido en el año 1912 por el prestigiosos arquitecto Mario Estanga, como regalo del abogado, político y escritor Domingo Cabrera Cruz a su esposa, Laura de La Puerta Guillén. Desde el principio fue lugar de reunión de intelectuales y artistas, y sitio clave de la actividad cultural incipiente de La Laguna.
El Castillo es un espacio que está a disposición de las empresas organizadoras de eventos para que ellos lo vendan a sus clientes. Nosotros solamente les ofrecemos el espacio. No tenemos una empresa de eventos que organice bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, comidas de empresa, que ofrezca todo el material: decoración, mobiliario, bajilla, cristalería.
Se realizarán eventos de carácter cultural, pero siempre manteniendo la filosofía de eventos exclusivos, de calidad y acorde con el lugar. Organizaremos exposiciones de arte, de manera puntual y teniendo en cuenta que las obras sean buenas y concuerden con la imagen de El Castillo. No se le cerrarán las puertas a ninguna expresión artística, pero siempre acorde con lo que representa el edificio. Hemos tenido muy buenas experiencias en la celebración de la Feria de Anticuarios Almoneda, que el próximo mes de mayo será la tercera vez que se organice aquí. Además tiene un carácter benéfico.
En noviembre de 2015 el principal grupo de la oposición defendió la declaración de este espacio como Bien de Interés Cultural, medida que contó con el apoyo mayoritario del Pleno, además de propuestas para celebrar el centenario de este lugar. Esta moción contemplaba además medidas para mejorar su entorno y celebrar como se merece su primer siglo.
Este paseo urbano es uno de los más singulares del Archipiélago, ya que fue ajardinado con más de 200 palmeras canarias, siendo sin duda un referente visual que para muchas personas refleja la esencia de La Laguna.