En el devenir de los tiempos, la cultura empresarial ha edificado un monumento a un mito: el superlíder. Un ser que, para muchos, es la imagen inmaculada de la sabiduría y la clarividencia, que se eleva sobre la humanidad en un pedestal de perfección inalcanzable.
La televisión y el cine han contribuido a extender esa imagen de perfección a través de los personajes de ficción que nos muestran en películas y series. Personajes ficticios como Tony Stark o Bruce Wayne, que siempre parecen tener todas las respuestas, más allá del tamaño del reto o la dificultad del problema, nos han hecho creer que el liderazgo es una ciencia exacta, donde cada paso es medido y calculado.
Nos han llevado a crear una imagen del líder que se asemeja más a la de un superhéroe, que a la de un ser humano corriente. En las siguientes líneas vamos a tratar de acercar el liderazgo a las personas, desmontando ese absurdo estereotipo del líder “superhéroe” que tanto daño hace a los miles de seres humanos que cuentan con la actitud para liderar en el mundo real.
Vamos a hablar del auténtico liderazgo, de ese que ejercen personas corrientes, que deciden dar un paso adelante cuando nos encontramos en un momento de dificultad, anteponiendo el interés colectivo al suyo propio, y guiándonos, con entusiasmo y pasión, hacia un lugar mejor. En eso consiste liderar.
El Mito del Superlíder
El mito del superlíder coloca una carga insostenible en los hombros de los líderes y fomenta la creación de una cultura del miedo y de falta de transparencia. En primer lugar, deshumaniza al líder alejándolo de aquellos a los que tiene la responsabilidad de liderar. El liderazgo tiene que ver con conectar con los que nos rodean y ayudarles a convertirse en una versión mejorada de ellos mismos.
Lea también: Benjamin Zander: Liderazgo
Por otra parte, esperar que los líderes sean infalibles e inhumanamente perfectos solo conduce a la decepción y la desilusión. Además, un líder que considera que todo lo sabe asume que no tiene nada nuevo que aprender o mejorar. Y lo más lamentable de todo es que, cuando un líder es idolatrado como un héroe, puede comenzar a creer que es infalible y que sus decisiones están más allá de la crítica.
Un liderazgo auténtico y efectivo se basa en la empatía, la humildad y la capacidad del líder para crear más líderes. Para crecer, y como resultado, hacer crecer a los demás. El liderazgo real es orgánico o, dicho de otra manera, debe ser transmisible y sostenible, más allá de quién desempeñe el papel de líder hoy.
Ninguna organización que aspire a sobrevivir en el largo plazo puede, ni debe, hipotecar su futuro en la figura de una única persona. De los líderes no se espera que nunca se equivoquen o que satisfagan las necesidades de todos, ya que eso es literalmente imposible. De un líder esperamos que tome decisiones justas y equilibradas, y que antes de hacerlo analice las posibles repercusiones para todas las partes implicadas, anteponiendo el bien común a su interés individual.
Inteligencia Emocional y Pensamiento Crítico
La clave para desentrañar la auténtica esencia del liderazgo reside en el desarrollo de la inteligencia emocional y el pensamiento crítico, habilidades que permiten al líder comprender y gestionar las emociones propias y ajenas, y tomar decisiones informadas y equilibradas, respectivamente. Debemos educar a líderes que, lejos de enaltecerse como seres excepcionales, entiendan la importancia de nutrir un ecosistema en el que todos puedan crecer y prosperar.
Abandonemos la idea de que la perfección es una meta a alcanzar y comencemos a abrazar la imperfección de nuestra propia humanidad. Aunque durante muchas décadas se pensó que para liderar hacía falta poseer un coeficiente intelectual más alto, la realidad es que si hay una inteligencia que un líder debe aprender a desarrollar y practicar, esa es la inteligencia emocional.
Lea también: Estrategias para un manejo de personal exitoso
En un mundo cada vez más incierto, complejo y cambiante, en el que todos vivimos con las emociones a flor de piel, la inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad clave para cualquiera que aspire a ser reconocido por los suyos como líder. Ser capaz de influenciar e inspirar a las personas que nos rodean es el primer pilar del liderazgo en el mundo actual.
Buscar la perfección nos lleva a enfocarnos en detalles triviales y a malgastar nuestra energía, lo que puede terminar generándonos ansiedad, frustración y desmotivación. Jordi Alemany en su libro describe la imperfección como la capacidad de identificar y aceptar los errores para que los líderes sean auténticos y reconozcan en su vulnerabilidad aprendizajes para su ejercicio de liderar.
Además de una manera práctica y sencilla se refiere a temas controversiales como las estructuras líquidas y los sesgos en el liderazgo que llevan al lector a cuestionarse en la aceptación de esta nueva realidad. Por esto, acercarse a este libro puede generar grandes contribuciones a los líderes que llevan mucho tiempo en este rol y que se cuestionan y preguntan desde su cotidianidad nuevos caminos y reflexiones; a nuevos lideres, o a aquellos que se están preparando para este rol, además resulta un gran aporte como material de consulta y apoyo a procesos de formación desde las instituciones académicas por su aporte profundo y práctico para nuevos profesionales.
El Liderazgo Imperfecto en la Práctica
Según la revista Forbes, junto a éxito y estrategia , el término liderazgo es uno de los conceptos que, desde siempre, más interés genera entre emprendedores, ejecutivos y empresarios de todo el planeta. Pero, ¿y si descubrimos que los superlíderes no existen? ¿Y si todas las teorías del liderazgo existentes se resumen en cuatro elementos comunes?
Liderazgo Imperfecto invita al lector a reflexionar acerca de las muchas y trasnochadas teorías, viejos paradigmas y falsos mitos sobre líderes casi divinos, que en lugar de permitirnos entender mejor en qué consiste liderar, nos ofrecen una imagen distorsionada y frustrante de la realidad. Una realidad que, una vez que la comprendemos, nos confirma que el liderazgo tiene poco de divino y mucho de humano y, como tal, de imperfecto.
Lea también: ¿Qué es el Liderazgo Escolar?
En su nuevo libro, Jordi Alemany reflexiona sobre cómo liderar a las personas y desmonta teorías, viejos paradigmas y falsos mitos, que solo crean expectativas inalcanzables y generan frustración. Jordi Alemany fue nombrado la persona más influyente en los negocios en España en 2022 por la revista Forbes.
En palabras del propio autor: “El liderazgo es humano, y como tal, imperfecto. En la actualidad no se puede entender la continuidad de una organización sin el compromiso de las personas que en ella participan. Sin embargo, muchas veces se confunde el término líder con jefe y se tiene la creencia de que cualquier persona con autoridad puede serlo.
Es innegable reconocer que la mentalidad humana asocia directamente liderazgo y perfección. De hecho, tal y como expresa a Soziable.es, con su libro 'Liderazgo imperfecto. Yo mismo he ayudado a mucha gente a desarrollarse, a crecer, a alcanzar sus metas. Muchos me han agradecido esa generosidad refiriéndose a mí como alguien a quién admiraban, a quién consideraban un referente al que imitar y, sin embargo, yo disto mucho de ser un icono de la perfección.
Eso me llevó a pensar que el liderazgo tiene más de humano, de cercanía, humildad y generosidad, que de perfección. El mensaje, en líneas generales, es que necesitamos líderes más empáticos, adaptables y que cuenten con la mentalidad de un eterno aprendiz. En primer lugar, destaco la importancia de la humildad, la autenticidad y la humanidad a la hora de liderar.
Vivimos en un mundo demasiado obsesionado con la perfección y la eficiencia a toda costa, por eso propongo una visión de liderazgo que valore la autenticidad y la capacidad de mostrarnos vulnerables y cercanos. En segundo lugar, el libro promueve la idea de que la conexión emocional con nuestro equipo, la confianza mutua, el aprendizaje continuo y el propósito son los cuatro pilares sobre los que se sustenta el liderazgo en el siglo XXI.
- La expresión 'Liderazgo imperfecto' sugiere una visión diferente de lo que comúnmente entendemos como liderazgo y es probable que no pocas personas puedan considerarla un oxímoron.
- El 'Liderazgo Imperfecto' aboga por la aceptación y la valoración de nuestras imperfecciones como líderes, y como seres humanos, que es lo que somos por delante de cualquier posición jerárquica que ocupemos.
- Es una invitación a deshacernos de las máscaras y la capa de superhéroes que a menudo se espera que los líderes porten y, en su lugar, adoptar una postura de autenticidad.
Es evidente que un líder no es simplemente un jefe, aunque ambas figurar podrían coincidir en una misma persona. Ser jefe es una función indispensable en el sistema de gestión. Liderar es un conjunto de habilidades complejas, que podemos practicar y desarrollar. No se pueden, ni se deben, comparar posición o función con habilidad. Alguien puede ocupar una función, sin poseer las habilidades necesarias para liderar.
La función de un jefe se resume en gestionar recursos, asignar tareas, supervisar procesos, controlar resultados, corregir desviaciones. Por explicarlo de una forma muy gráfica, el jefe es a la empresa lo que el volante es a un coche, y el líder es a la empresa lo que un GPS es a ese mismo vehículo. Ahora bien, ¿se puede conducir sin volante? Definitivamente, no. El volante, o en este caso el jefe, es crucial para la operación diaria y la toma de decisiones inmediatas que mantienen a la empresa en movimiento. Sin embargo, ¿se puede conducir sin GPS?
El liderazgo, tal y como yo lo veo, es más bien vocacional. El líder es el que sabe que está plantando una semilla de un árbol, pero que, quizás, él no será quién disfrute de su sombra. Mi visión del liderazgo ha evolucionado según he ido evolucionando como persona. Al principio, debido a la educación que recibí, la propia de alguien nacido en 1971 en España, veía el liderazgo como lo ve la mayoría todavía hoy: una posición, poder, autoridad, imposición. Veníamos de una dictadura.
Hoy lo veo más a través de una mirada más humanista, más filosófica, más enfocada en su raíz semántica. Liderar viene del verbo “To Lead” que en inglés significa “Guiar”. Así veo hoy al líder. Desarrollar una mentalidad de líder en el contexto actual va más allá de la mera adquisición de habilidades técnicas o gestión eficaz de recursos. Vivimos en una era de cambios rápidos y desafíos complejos, donde la capacidad de un líder para conectar, comprender y adaptarse es vital.
La inteligencia emocional es fundamental porque permite a los líderes comprender y manejar sus propias emociones, así como las de los demás. Por otro lado, el pensamiento crítico es una herramienta indispensable en la caja de herramientas de un líder. En un mundo inundado de información y frente a la complejidad de los desafíos empresariales actuales, la capacidad de analizar situaciones, evaluar diferentes perspectivas y tomar decisiones informadas es más importante que nunca.
El pensamiento crítico, además, promueve una cultura de cuestionamiento y aprendizaje continuo, donde las ideas, incluso las del líder, pueden ser sometidas a escrutinio. La inseguridad es una faceta con la que muchos lidiamos en diversos momentos de nuestra vida. Si observamos a las tribus ancestrales que todavía hoy sobreviven en muchas partes del planeta, el liderazgo no recae en una sola persona, sino que se distribuye entre varios individuos cada uno con roles y habilidades distintas, como el chamán, el guerrero, el cazador, los ancianos más sabios.
Lo mismo ocurre en el contexto empresarial, la presencia de varios líderes dentro de un equipo puede ser una fuente de diversidad de talentos y perspectivas. Sólo es un problema cuando lo que tenemos no son varios líderes, sino varios gallitos incapaces de controlar sus egos. Es una buena noticia que estos mensajes lleguen a tanta gente y que se reconozca la necesidad de humanizar el mundo empresarial.
A los que aspiran a alcanzar esa imagen del 'líder perfecto', les diría que la perfección es una quimera que se desvanece en el horizonte cada vez que creemos acercarnos a ella. A la persona que desea 'simplemente' mejorar, le diría que está en el camino correcto. El aprendizaje continuo está en la esencia del liderazgo. En cada momento, con cada decisión, con cada interacción, con cada error que cometemos, hay una oportunidad para aprender y mejorar.
tags: #liderazgo #imperfecto #resumen #libro