Si estás leyendo este artículo, es porque estás pensando seriamente en convertirte en un emprendedor, ya sea para montar una tienda online u ofrecer algún otro servicio. Lo más seguro es que incluso ya tengas una idea de negocio bastante bien definida en mente. Emprender es un reto estimulante y trae consigo muchos beneficios, además de la indiscutible satisfacción de crear algo propio desde cero. Sin embargo, como sucede con todo, tiene sus pros y sus contras, por lo que es conveniente sopesarlos tanto a nivel personal como profesional.
Si estás pensando en emprender un negocio, asegúrate de reunir las cualidades para ser un empresario de éxito, así como de evaluar las ventajas, las desventajas y los riesgos que pueden surgir a raíz de esta emocionante aventura.
Para empezar, y aunque sea un pilar fundamental, el tener una idea de negocio no lo es todo. Llevar a cabo esa idea es mucho más difícil de lo que parece, pues en ello influyen innumerables factores que varían en función de cada persona y su situación, así como de sus conocimientos. Antes de tirarte en plancha al vacío, te invitamos a considerar las ventajas e inconvenientes de ser emprendedor, así que procedamos a mirar lo que conlleva el iniciar y mantener una empresa en la actualidad:
Ventajas de ser un emprendedor
A la hora de emprender, son muchas las ventajas que te pueden hacer tomar esta decisión.
Mayor autonomía e independencia
Emprender un negocio se caracteriza por una autonomía e independencia que son incomparables al de la ocupación de un empleado por cuenta ajena. Independientemente del trabajo que se realiza, la libertad que otorga el tener tu propia empresa y tomar tus propias decisiones son una gran ventaja que se tiene muy en cuenta a la hora de plantearse el ser emprendedor. Por supuesto la clave del éxito está en saber valorar y hacer uso de esta libertad en nuestro favor y el de la empresa, lo cual no es innato en cada uno, sino que se va desarrollando poco a poco a medida que nos vamos desenvolviendo con más soltura en nuestra nueva actividad.
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Cuando abres tu empresa tienes una autonomía que no tendrás trabajando para otra persona. Lo que sí cabe decir es que, para que el negocio funcione, debes trabajar con ritmo y ser responsable, ya que no habrá nadie detrás de ti para gestionar los tiempos y las prioridades, lo que exige una gran dedicación y esfuerzo por parte del emprendedor.
Además, no olvidemos que ser tu propio jefe te permite también seleccionar a las personas que quieres que formen parte de tu equipo de trabajo.
Cuando decides emprender solo, tienes el control total de las decisiones.
Como emprendedores, somos nosotros los que marcamos el ritmo, las horas de trabajo e imponemos las normas que regirán nuestra actividad. Sobra decir que este tipo de decisiones han de moverse siempre dentro de los principios de responsabilidad, perseverancia y búsqueda de la excelencia y de la calidad si deseamos el éxito de nuestro negocio.
El propietario tiene el control del éxito o fracaso de su negocio, antes de iniciarlo debe tenerse la seguridad que se cuenta con el potencial para esforzarse mucho y trabajar más duro de lo que se cree, ¡¡¡no hay excusas!!! El único que puede frenar el triunfo, es el emprendedor, lo que le otorga libertad para tomar sus decisiones.
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Poder llevar a cabo y desarrollar tus ideas bajo la premisa de llegar a la excelencia empresarial.
Una de las mayores ventajas de emprender un negocio es la flexibilidad que ofrece. Puedes decidir cuándo y dónde trabajar, además de ajustar responsablemente tu horario según tus necesidades personales.
Emprender con tu negocio te permitirá ser creativo e innovador. Puedes identificar problemas en el mercado y encontrar soluciones únicas y creativas para satisfacer las necesidades de tus clientes y mejorar su calidad de vida, contribuyendo así positivamente a la sociedad.
Emprender tu negocio significa tener el control total sobre tu carrera y vida laboral. Podrás decidir la dirección de tu negocio y tomar decisiones importantes sin tener que responder a un jefe o supervisor.
La posibilidad de mayores ingresos
Este es otro de los puntos de peso que suele ser clave en la decisión de emprender. Y es que, ¿quién no aspira a ganar más dinero? Ser ambicioso no es un rasgo negativo, ni tampoco lo es el hecho de querer conseguir una estabilidad económica y aspirar a un nivel de vida superior.
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Si tu proyecto funciona correctamente y tiene éxito, puede que tus ingresos sean superiores que trabajando como empleado para otra empresa.
Puedes ganar más dinero que trabajando para alguien más, ya que tienes la oportunidad de escalar tu negocio y aumentar su alcance.
No tienes un techo salarial: puedes escalar y multiplicar tus resultados; el límite de lo marcas tú.
La satisfacción de crear algo propio y ver como prospera
Directamente ligada al éxito e ingresos considerablemente más altos, está la satisfacción personal que supone el crear algo propio y la consecución de los objetivos que uno se propone. Retar y poner en prueba las habilidades de uno mismo, arriesgarse y ver cómo prospera una idea viene acompañado de un sentimiento de satisfacción único y nos hace sentirnos invencibles.
Dar vida a tu propia idea: para muchas personas no hay mayor satisfacción que trabajar en su propio proyecto, desde el inicio hasta la ejecución. Poner una idea en marcha y luchar por ella, con los problemas y satisfacciones que puedan ir surgiendo, supone un gran reto.
Tener un producto propio y conocer lo que los clientes lo prefieren, es la máxima de tener un negocio propio. Cuando la clientela reconoce la calidad y el trabajo que se realiza para prestar un buen servicio, el emprendedor se siente dichoso y consigue más motivación para seguir trabajando duro y proyectar más aún su negocio.
Puedes sentir la realización de estar luchando por algo propio, un propósito.
Aportar algo nuevo a tu entorno y ser recompensado por ello
Por último, ser un emprendedor de éxito puede mejorar tu estatus y abrirte muchas puertas. Además, aportar tu granito de arena al entorno en el que vives también es un punto positivo que no se puede obviar. Ser de utilidad para la sociedad a través de acciones de diversa índole se puede considerar también como un logro personal de auto realización.
Tener un negocio propio genera bienestar propio y colectivo, ya que son emprendimientos que parten de una idea, hasta que sus creativos logran llevarla a la práctica y convencen a sus clientes de sus ventajas, el emprendedor está expuesto al éxito y también, a los riesgos.
Desventajas de ser emprendedor
Saber administrar la autonomía recién adquirida
La autonomía también trae sus inconvenientes, y es que para ser emprendedor hay que exigirse un determinado grado de organización y disciplina para no hundirse a uno mismo de forma rápida y catastrófica.
Asimismo, y a diferencia de un trabajador por cuenta ajena, las responsabilidades que se concentran en tu persona son mucho más grandes tanto en número como en dimensión. Las claves para ser un emprendedor de éxito nos exigen saber un poco de todo: administración y gestión empresarial, comercio, marketing, y, por supuesto, ser un as dentro de nuestro área de trabajo.
Por otro lado, si piensas que has erradicado completamente la figura del jefe de tu vida, estás equivocado, pues de ahora en adelante tus jefes serán los clientes y la Agencia Tributaria, entre otros.
Trabajo rudo por más tiempo. El dueño de un negocio exitoso, es el primero que llega y el último que sale de la empresa. El trabajo de un emprendedor es realmente duro, no puede limitarse a horarios convencionales. Las jornadas pueden ser interminables y agotadoras en lo físico y emocional. El compromiso con la organización y los resultados es constante, no hay tiempo que perder y no hay pausa posible.
Inevitables riesgos económicos
Otro de los aspectos negativos del emprendimiento es el inevitable riesgo económico al que nos enfrentamos: todo negocio o actividad empresarial requiere de medios económicos para iniciarse, pero no hay seguro que valga aquí, pues todo emprendedor se arriesga a fracasar al comenzar un nuevo proyecto y perder todo su dinero. Es importante estar preparados y saber evaluar las dificultades que podrían surgir, así como organizar nuestros ingresos de forma responsable hasta que el negocio florezca y alcance una estabilidad que consideremos suficiente.
Tampoco está de más tener guardado un plan B en la manga, siempre listo en el caso de que las cosas vayan realmente mal y no quedarnos en la miseria.
Emprender un nuevo negocio supone muchos riesgos, entre ellos, hacer una gran inversión económica y enfrentarte a un mercado o situación que todavía es desconocido para ti.
Asumir una gran inversión económica: Emprender no es barato, necesitas contar con un presupuesto, recursos y una gran cantidad de tiempo, sobre todo, al comienzo de la actividad.
El emprendedor inicia desde cero. El negocio propio requiere de dedicación exclusiva, hay que crear el nombre, manuales, estilos de trabajo y todo lo que conlleva la creación de una empresa. Es tiempo y dinero que se invierte sin ver resultados a corto plazo. El emprendedor no cuenta con una guía, debe crear su mapa y además, ir resolviendo cada dificultad hasta llegar al equilibrio del negocio.
Si estás ahogado en deudas, emprender un negocio es peligroso. Puede generarte más y más deudas que te dejen sin los recursos necesarios para mantenerte a ti y a los tuyos. Sin embargo, a lo mejor no quede de otra. Si te encuentras en esta situación, piénsalo muy bien.
Tu tiempo libre siempre sujeto a la carga de trabajo
Ser emprendedor conlleva sacrificar noches sin dormir para sacar el negocio adelante. La flexibilidad horaria podría convertirse en tu peor enemiga, aunque es cierto que en teoría eres el que se establece sus vacaciones y los días de trabajo. Pero si hay algún problema o muchísimo trabajo y eres el único que lo puede abarcar, despídete de los fines de semana y de la jornada de 8 horas al día, pues hay que estar siempre dispuesto a hacer todo lo que está en tus manos y más para sacar el negocio adelante.
Cuando ponemos en marcha nuestra propia empresa, debemos saber desde el principio que ésta requerirá muchas horas de esfuerzo y dedicación, sobre todo al principio. Estar al frente de un negocio no significa sólo hacer caja a final de mes, sino que el control y la supervisión de todas las actividades y decisiones que se toman debe ser constante.
Si quieres crear tu propio negocio para trabajar menos, ya te puedes ir olvidando de hacerlo. Los emprendedores suelen trabajar largas horas para hacer que su negocio funcione.
Otras Desventajas
- No poseer todos los medios necesarios: Para poder desarrollar una actividad empresarial debes contar con una serie de recursos, ya sean tecnológicos, logísticos, humanos o financieros, entre otros.
- Desconocer el mercado al que te expones: Antes de lanzar cualquier actividad empresarial, debes realizar un ejercicio de investigación previo para saber qué necesidades tiene la gente, y si tu producto o servicio las va a cubrir. ¿Van a comprar tu producto/servicio y por qué? Eso es lo primero que debes preguntarte.
- No estar preparado para emprender: Sacar adelante tu propio negocio es algo para lo que no todo el mundo está preparado. Se requiere de una disponibilidad y compromiso muy altas. Ya que tendrás que esforzarte y sacrificarte en muchas ocasiones para que la empresa no fracase. Y es que, a pesar de que te involucres al máximo, tener una gran idea no es sinónimo de éxito. En definitiva nadie puede garantizarte que tu empresa vaya a ser un éxito, pero en cualquier caso, con esfuerzo y trabajo estarás más cerca de lograrlo.
- El dueño es el último que cobra. Todo emprendimiento, necesita de tiempo para llegar a dar ganancias reales, la prioridad es cubrir las facturas, el pago a proveedores, personal, gastos imprevistos y si queda dinero cobra el dueño, para mantener las finanzas sanas. Más tarde, después de varios años será cuando se reciban ingresos suficientes para ahorrar. Esta es una desventaja a tener en cuenta antes de iniciar el proyecto.
- Siendo emprendedor puede que tengas que lidiar con una falta de estabilidad financiera. Los ingresos pueden ser impredecibles y fluctuar según el éxito de tu negocio, lo que puede hacer que sea difícil pagar las facturas y tener una vida personal equilibrada.
- Emprender un negocio también puede ser muy estresante y desafiante emocionalmente. Puedes sentir una gran presión para tener éxito y enfrentar dificultades como la falta de ventas o problemas con los empleados. El fracaso personal de tu negocio hundiéndose es abrumador. Puede molestarte mental y físicamente. Puede llevarte a un estado de depresión durante un período prolongado de tiempo y puede ser difícil salir de él.
¿Emprender solo o con socios?
Una de las primeras grandes decisiones que debe tomar un emprendedor al crear una empresa es si emprender solo o hacerlo con socios. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas, por lo que la elección dependerá de las características y necesidades del proyecto, así como de la personalidad y capacidades del emprendedor.
A continuación, se presenta una tabla comparativa con las principales ventajas y desventajas de cada opción:
| Aspecto | Emprender Solo | Emprender con Socios |
|---|---|---|
| Control | Total | Compartido |
| Responsabilidad | Total | Compartida |
| Capital | Limitado | Mayor |
| Conocimiento | Limitado | Diversificado |
| Apoyo | Individual | Mutuo |
| Decisiones | Rápidas | Lentas (posibles conflictos) |
| Autonomía | Total | Comprometida |
| Riesgo Financiero | Total | Compartido |
¿Cuándo elegir cada opción?
- Habilidades y Conocimientos: Si tienes experiencia y habilidades en todas las áreas clave del negocio, podrías emprender solo.
- Personalidad y Estilo de Trabajo: Si te gusta tener el control total y prefieres trabajar a tu ritmo, emprender solo puede ser ideal.
- Riesgo Financiero: Emprender solo implica asumir todo el riesgo financiero, mientras que con socios puedes repartir esa carga.
- Visión de Futuro: Si tienes una visión clara del negocio y te resulta difícil compartirla, quizá prefieras emprender solo.
No hay una respuesta única a la pregunta de si es mejor emprender solo o con socios. La mejor opción dependerá de tus habilidades, personalidad, recursos y de la naturaleza de tu proyecto.