El Significado Profundo de la Palabra Liderazgo

El concepto de liderazgo es subjetivo. Para algunos, es sinónimo de jefe, para otros de inspiración. Lo cierto es que cada uno tiene una idea diferente del significado de la palabra “líder”, por lo que tratar de conceptualizar el término de líder o liderazgo resulta complejo.

Sin embargo, existen características que podemos usar para definir que es el arte de liderar. El líder debe tener herramientas que le permitan tener el timón dentro de un equipo, sin ellas sería casi imposible que llegue a ejercer un buen liderazgo. A continuación, algunos de los aspectos que debe tener una persona si quiere dominar el arte de liderar.

Características del Liderazgo

1. Visión Clara

El liderazgo es tener una visión clara. Una persona que se considere líder no solo debe tener una visión clara sobre los objetivos que desea alcanzar, también debe compartir lo que desea lograr e inspirar a quienes lo rodean para trabajar sobre una meta en común, lo que hará mucho más fácil el trabajo.

2. Motivación

Motivar a los demás es algo fundamental en el liderazgo. Una de las claves para identificar a una persona con liderazgo es percibir la motivación que canaliza sobre sus compañeros, cuando logra que tomen iniciativas y siempre estén remando hacia la misma dirección.

3. Vocación de Servicio

Un líder siempre tiene vocación de servicio. A diferencia de las estructuras lineales, los líderes siempre deben estar al servicio de su equipo de trabajo y no al revés, debe brindar las herramientas necesarias para trabajar de forma adecuada, debe reconocer los esfuerzos y corregir los errores a tiempo para evitar malos hábitos.

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4. Empatía

El liderazgo implica siempre ponerse en el lugar del otro. La inteligencia emocional es una de cualidades por excelencia de un líder, el ponerse en el lugar de los demás resulta casi un arte y en el liderazgo debe ser algo natural, para así lograr la conexión y establecer lazos que puedan encaminar al éxito.

5. Creatividad

El líder es siempre creativo. Un líder nunca se estanca, siempre debe tener la necesidad de crear entornos que mantengan animados a su entorno para que puedan explotar sus habilidades y desarrollar sus potenciales, sin embargo no solo debe ser el líder el responsable de crear sino debe respetar la creatividad de sus compañeros, para sumar cada vez más al proyecto.

6. Exigencia

El liderazgo implica «niveles de exigencia». Un líder no solo debe dar, también tiene que exigir, de lo contrario no tendrá los resultados necesarios. No solo debe exigir estos resultados, sino también sentarse a escuchar y conocer las necesidades y limitaciones del equipo, ofreciendo así los tiempos necesarios y los recursos para que hagan bien el trabajo que se les pide.

7. Guía

El líder debe guiar al equipo. El líder es el faro que alumbra el camino de sus compañeros durante todo el proceso, y debe ser capaz de dar un paso atrás para que el equipo pueda avanzar solo, y así lograr que se desarrollen personal y profesionalmente.

8. Actitud Positiva

Un verdadero líder siempre maneja con actitud positiva a sus equipos de trabajo, para obtener los mejores resultados, además asume los riesgos y las responsabilidades, para que, en el caso de tomar una decisión errónea, asumir las responsabilidades sin culpar a los demás y ver las oportunidades antes que otros. Un líder siempre intenta mejorar en lo profesional y personal, para influir en quienes lo rodean y ayudar a sacar lo mejor de ellos mismos.

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Teniendo estas características podemos resumir que el liderazgo no se relaciona con la jerarquía, sino son personas que integran a un equipo y siempre están comprometidas para lograr los mejores resultados.

Tres Grandes Características del Liderazgo

Siguiendo estas premisas, hay tres grandes características que definen tu capacidad de liderazgo:

1. Claridad

La claridad referida a los motivos por los que eliges un camino y no otro, cuál es el fin que persigues, qué valores sustentan esta elección, cómo se refleja en el día a día en cada una de las actividades: desde una reunión con tu equipo, hasta una campaña de publicidad; desde la distribución y decoración de tu oficina hasta las condiciones de trabajo de las personas que trabajan contigo.

En este punto es muy útil recurrir al ejemplo de Simon Sinek y su círculo de oro. El porqué es el propósito, el cómo son los valores, y el qué es lo que hacemos. La claridad del camino es el punto principal para que tu liderazgo sea efectivo. La ambigüedad no genera fans.

2. Ejemplaridad

La ejemplaridad es el aspecto más obvio y quizá también el más controvertido. El más obvio porque si no eres tú la referencia ¿quién lo va a ser? Y el más controvertido porque muchas veces hay una falta de coherencia entre “lo que se dice” y “lo que se hace”. Falta de coherencia que se intenta explicar o justificar por las circunstancias del momento, de la coyuntura o la excepcionalidad.

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Y eso está bien, siempre que sea aplicable a todas las personas de tu equipo, a las personas que quieres que te sigan. La ejemplaridad significa que, si tú puedes hacer excepciones, los demás también. Es este aspecto, el de la ejemplaridad, el que derrumba muchos liderazgos.

En el caso de la empresa, esta ejemplaridad debe empezar desde dentro, desde el propio núcleo, desde ti. Y esto tan sencillo de escribir es mucho más complicado de aplicar. Para que esta ejemplaridad no acabe yendo en tu contra, te propongo que reflexiones al respecto:

  • ¿En qué medida el camino que estoy abriendo y fijando, modifica mi forma de ser y/o actuar?
  • ¿Qué cambios debo hacer para ser un ejemplo a seguir? ¿Tengo la disposición y motivación para llevarlos a cabo? ¿Y la determinación?
  • Antes de difundir este nuevo camino, ¿he contrastado que yo soy un ejemplo a seguir?

Contestando estas tres preguntas sabrás si ha llegado el momento de comunicar, expandir, divulgar y “hacer que las cosas sucedan” o, por el contrario, debas acabar de ajustar “lo que dices” a “lo que haces”, o, mejor aún, “lo que quieres hacer” a “lo que estás haciendo”.

3. Simplicidad

Simplicidad es el tercer aspecto fundamental del liderazgo, de hecho, es el que da sentido a la propia palabra. Cuando el camino está claro y tú eres el ejemplo a seguir, ya sólo queda mostrarlo, difundirlo, y facilitar que el resto del equipo lo pueda caminar. Ahí es donde entra en juego la capacidad real de liderazgo.

Conocer las personas de tu equipo y cuáles son sus motivaciones, sus miedos, sus aspiraciones y sus dificultades o posibles resistencias es la clave para que quieran seguirte y andar contigo este camino, desde la voluntad y no desde la obligación. Esa es la diferencia entre liderar o mandar, entre inspirar y obligar.

Este aspecto implica tener una serie de competencias bien desarrolladas (comunicación, persuasión, trabajo en equipo, visión global y estratégica…). Estas competencias pueden verse potenciadas si además tienes lo que se llama “carisma”. De hecho, no es imprescindible, pero ciertamente ayuda.

Las Personas en el Centro de Tu Liderazgo

La cuestión es que con todo ese bagaje nos olvidamos de lo fundamental; de las personas que van a seguirte, de tu equipo. Esas personas que, como tú, tienen sus anhelos, sus costumbres, sus ideas y su forma de vivir la vida.

De poco te servirá la capacidad de persuasión si no conoces la causa de la actitud de una persona de tu equipo y qué puedes hacer para que la cambie. De poco te servirá saberte de memoria cómo aplicar el liderazgo situacional si no sabes elaborar un plan para que un equipo o un grupo de personas quieran seguirte. De poco te servirá el “carisma” si las personas a las que te diriges se sienten inseguras. De poco te servirá comunicar perfectamente el camino a seguir, si no sabes cómo ayudar a quien tenga más dificultades.

Por eso es clave que antes de empezar a conocer y aplicar los innumerables métodos y técnicas de liderazgo, te hagas la siguiente pregunta: ¿son las personas (clientes, proveedores, equipo) lo más importante para mí?

Puede ser que no, que prefieras tener otro elemento de trabajo, y eso está genial. Dedícate a la gestión, ahí es donde podrás aportar lo mejor de ti. La gestión empresarial va de indicadores y de datos. Puede ser que no lo tengas muy claro: tienes iniciativas, tienes ideas, tienes incluso un plan, y piensas en las personas, en tu equipo y te gusta verte al frente. Lo que viene a ser “dirigir”. Pero dirigir ya implica algo más que la gestión, también incluye el liderazgo. Y el liderazgo va de entender y querer a las personas. Empezando por ti, porque liderazgo eres tú.

Etimología de la Palabra Liderazgo

Existen dos orientaciones etimológicas con respecto al término que nos ocupa. El primero de ellos, más débil y discutido, corresponde a la etimología proveniente de la lengua latina. La segunda, tal vez la más aceptada, asumida por la Real Academia Española, corresponde a la consideración de la palabra líder como un anglicismo, es decir, una palabra derivada de la lengua inglesa, pero pasada al español a través de un proceso llamado barbarismo.

Ambas etimologías, sin embargo, parecen encontrar un antecesor común en la lengua indoeuropea mediante la partícula leit de dicha lengua.

En las lenguas sajonas, esta partícula ha sido encontrada con certeza como un antecedente de la palabra leader del inglés, no siendo la certeza aplicable en forma contundente a la raíz latina, pues algunos autores sospechan que la raíz latina antigua pudo tener como antecedente indoeuropeo a la mencionada leit, mientras que otros no creen que pueda provenir de dicha lengua. A continuación consideraremos ambas vertientes, ya que las mismas son pasibles de arrojar luz sobre el tema que nos ocupa.

Desde la Etimología Latina

La palabra “líder” podría encontrar su origen -recordemos que este origen es discutido- en la partícula “lid”, que proviene del latín lis-litis (nominativo y genitivo latinos, respectivamente). Su significación original en la lengua latina es: disputa, querella o proceso.

De esta manera y según su etimología, el líder es quien inicia o se encuentra inmerso en una querella, disputa o proceso. Este significado es verdaderamente interesante pues, coloca al líder, no como alguien con una postura pasiva frente a la realidad, sino como alguien que tiene una postura activa de disputa mediante la cual, se supone, quiere cambiar algo de su entorno inmediato.

Disputar, de cualquier modo, no necesariamente ha de significar pelea o riña, el cual es el sentido semántico más extendido en nuestros días. Si nos remitimos también a la etimología de esta palabra, encontramos dos partículas latinas de las cuales proviene. La primera, dis, significa separar o separadamente. La segunda, puto o putare, es un verbo latino que significa podar o limpiar. De este modo, una disputa es un proceso mediante el cual se separan o distinguen elementos de algo para limpiarlos o podarlos, para remover sus partes malas y nocivas.

Si forzamos una aplicación de este sentido al liderazgo, el líder será, entonces, quien tendrá la claridad para separar o analizar algo en sus elementos constitutivos, de tal manera de separar los elementos nocivos, que no sirven e impiden su crecimiento.

La palabra querella, también se encuentra relacionada coherentemente con la significación que venimos profundizando. El término querella proviene del latín querela, que significa queja o lamentación. Es justamente lo que sucede con la actividad del liderazgo, ya que, en los que no quieren cambiar, ni podar o separar de sí sus partes disfuncionales, se encuentra la queja, sobre la que debe actuar el líder.

Sintetizando, entonces, podemos decir que la palabra líder significa etimológicamente: actuar de manera tal de tener cierta lucidez para separar y distinguir las partes constitutivas de algo o de alguien, de tal manera de remover de ellas las que no son convenientes para su crecimiento y desarrollo, produciendo por este procedimiento cierta queja o dolor.

En el líder, entonces, encontramos algunas notas características que pueden seguirse de su significado etimológico. El líder es el que ve, según cierta claridad mental e intelectual, lo que es disfuncional, incorrecto o inadecuado en algunas de las partes constitutivas de algo o de alguien. Este algo o alguien puede ser una persona, un proceso o una cosa.

El líder, además de verlo, lo separa, lo quita y lo poda. De esta manera y según este modo de entender, el líder es el que remueve aquellas partes de las cosas, de las personas o de los procesos que les impiden crecer, desarrollarse y ser genuina y plenamente lo que son o aspiran a ser, en forma natural. El líder es un curador de personas y de cosas que no funcionan bien, ya que puede vislumbrar en las mismas lo que les impide progresar, y les ayuda a removerlo, no sin cierto dolor que puede producir quejas.

Uno de los aspectos más interesantes que surge de este estudio de la palabra que nos ocupa, nos orienta a que el líder ha de poseer una cierta capacidad intelectual especialmente desarrollada pues, para poder vislumbrar lo que ha de ser quitado, removido o podado de algo o de alguien, debe ser un experto conocedor de la naturaleza de ese algo o ese alguien.

En el caso del liderazgo, al tratar con personas humanas, el líder debe ser un conocedor profundo de la realidad y naturaleza del ser humano. Aquí tenemos otra justificación de la razón de ser de dicha explicación. El líder debe ser un experto de todo lo que se encuentre relacionado con la naturaleza humana pues, ciertamente, debe liderar a personas humanas. Es con ellas, en el fragor del equipo, que puede lograr las visiones colectivas por él propuestas.

Por cierto, uno de los aspectos más nocivos y perjudiciales que se observan en las organizaciones de nuestros días, es el hallazgo de supuestos líderes -falsos líderes en realidad- que conocen poco y nada de la naturaleza humana. Ni siquiera, lamentablemente, se conocen a sí mismos, y aún así quieren liderar a otros. Se manejan torpemente como un elefante en un bazar, rompiendo y destruyendo elementos muy valiosos a cada paso.

El líder genuino y auténtico debe ser un estudioso constante de la naturaleza humana, pero no solamente desde alguna de sus dimensiones, lo cual conducirá necesariamente a un reduccionismo, sino del conjunto de ellas. El líder debe ser un experto conocedor de la corporeidad del ser humano, de sus aspectos psíquicos y emocionales, de su estrato mental e intelectual y, por último, debe ser un experto en espiritualidad.

Desde la Etimología Sajona

Si consideramos a la palabra líder como derivando del inglés leader, la cuál es la acepción que toma, como dijimos, la Real Academia Española, debemos remontarnos a la consideración etimológica de dicha palabra. Leader significa, en su carácter verbal y en términos generales, guiar por un camino, servir como indicador de ruta y ser un canal o conductor para algo, entre otras acepciones. Su etimología proviene del inglés medio leden, que a su vez proviene del inglés antiguo laeden, que a su vez encuentra su raíz en el indoeuropeo leit.

Si profundizamos un poco más, podemos verificar que el término leader aparece alrededor del año 1300 mediante el vocablo ladere, que se forma con el vocablo ya mencionado leden, proveniente del inglés medio, sumado a la partícula -er, que designa a una persona o cosa que realiza la acción del verbo. Leden aparece por primera vez alrededor del año 1125 proviniendo del inglés antiguo ya mencionado laeden, que significa acto de ir con alguien. Finalmente se llega al indoeuropeo leit, significando avanzar o ir hacia delante.

De esta manera, y según lo que hemos mencionado, líder significa, según la etimología de la lengua inglesa, el acto de guiar para avanzar e ir para adelante. Ahora bien, el guía no es solamente el que conoce el camino sino también el que conoce las aptitudes y capacidades de quienes recorren el camino.

Por esto, el líder no es solamente el que conoce el camino que le lleva desde el lugar donde está hasta el que desea estar, el camino de la misión, sino también el que conoce en profundidad las aptitudes de sus liderados. Por este motivo, dando otra prueba adicional a lo expuesto en el capítulo segundo donde decíamos que el líder debe conocer lo que es un ser humano, puesto que se ocupa de liderarlos, esta etimología nos demuestra la necesidad de tal conocimiento. En esto concuerda también con al etimología latina.

Sus sentidos son similares. Así las cosas, encontramos otra prueba de que el líder ha de ser un experto conocedor de la realidad del ser humano, y del camino que desea ayudarle a recorrer.

La palabra guía proviene de una antigua raíz indoeuropea llamada weid, que significa ver. Este ver no es solo superficial sino profundo y contemplativo, ya que quien guía por cualquier camino de que se trate debe conocer con máximo detalle los menesteres y secretos del mismo. El guía es el que contempla y conoce en profundidad el camino, lo muestra, y ayuda a recorrerlo.

El Líder como Jardinero Podador y Guía de Personas

Es menester remarcar aquí que las dos líneas etimológicas estudiadas, la latina y la sajona, llegan a una idea bastante común y similar de lo que es el liderazgo. Desde el latín decíamos que al líder le corresponde actuar de manera tal de tener cierta lucidez para separar y distinguir las partes constitutivas de algo o de alguien, de tal manera de remover de ellas las que no son convenientes para su crecimiento y desarrollo, produciendo por este procedimiento cierta queja o dolor.

Desde la etimología sajona, proveniente del inglés, decíamos que al líder le corresponde el acto de guiar para avanzar e ir para adelante.

Todo este estudio etimológico antedicho nos lleva a plantear la metáfora de comprender al líder como una especie de jardinero que se ocupa de podar todo aquello que en las personas impide su crecimiento. Una vez hecho esto les ayuda a crecer y a desarrollarse, alcanzando el máximo de potencial de que es posible.

Aquí aparece por primera vez uno de los sentidos más profundos de la esencial del liderazgo: el servicio.

Podemos apreciar que una de las características esenciales del líder es ponerse al servicio de sus liderados. Para ello, como dijimos, ha de ser un experto conocedor de la naturaleza humana para saber efectivamente qué es lo que le ayuda a desarrollarse y qué se lo impide, cuáles son sus objetivos propios y la finalidad de sus vidas.

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