El libro "El liderazgo al estilo de los jesuitas" de Chris Lowney, ex jesuita y ejecutivo de J. P. Morgan, analiza los principios del liderazgo que han guiado durante casi cinco siglos a la Compañía de Jesús en sus diversas actividades. En este libro, Lowney analiza los principios del liderazgo que han guiado durante casi cinco siglos a la Compañía en sus diversas actividades.
Los Cuatro Pilares del Liderazgo Jesuita
El perdurable éxito de los jesuitas descansa sobre cuatro pilares esenciales de su forma de liderar: autoconocimiento, creatividad, amor y heroísmo. Al incorporar estos principios a su vida diaria, los jesuitas construyeron una organización que maneja una red internacional sumamente eficaz de comercio, educación, trabajo misionero y erudición.
1. Autoconocimiento
El conocimiento de uno mismo es el arma secreta de los jesuitas, arraiga y nutre las demás virtudes del liderazgo. El que descubre quién es, qué quiere y hacia dónde va, ya ha dado el primer paso hacia el liderazgo. No menos importante que la evaluación inicial que uno hace de sus fortalezas, sus debilidades, valores y visión, es el hábito diario de la reflexión, el examen de conciencia.
Supone preguntarse si se ha aplicado al trabajo de hoy imaginación o se ha contentado con hacerlo sólo para salir del paso. La reflexión parte del supuesto de que hasta los líderes cometen errores, de que podemos aprender de ellos y de que cada uno tiene una capacidad ilimitada de crecer y desarrollarse. El liderazgo al estilo jesuita, invita a cada uno a evaluar su impacto diario, a rectificar si es necesario y a definir qué es lo que se quiere dejar como impronta.
2. Creatividad (Ingenio)
Otro principio del liderazgo al estilo jesuita, es el ingenio, porque predispone a las personas no sólo a pensar de una manera original sino a vivir de una manera original. El ingenio lleva a las personas que quieren ser líderes a arrancar de raíz todo temor a lo desconocido, el apego a su posición y a sus posesiones, materiales y sobre todo ideológicas, los prejuicios, la aversión al riesgo.
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3. Amor
Los lideres movidos por el amor ven un mundo de seres humanos de extraordinaria dignidad, sin miedo, sin codicia, que no engañan. El amor comunica propósito y pasión al ingenio y al heroísmo, dos de los principios ya mencionados del liderazgo al estilo jesuita.
El amor comunica propósito y pasión al ingenio y al heroísmo; eso se traduce en la convicción de que cada uno da lo mejor de si mismo cuando trabaja para otros que ofrecen apoyo y afecto verdadero. Es importante que hubiera un ambiente de amor más que de temor, que el amor la hace personal.
4. Heroísmo
El heroísmo hace a una persona soñadora y pragmática a la vez. El heroísmo, medido por cómo se responde a las oportunidades que se presentan: los líderes no esperan hasta que llega el gran momento, se lanzan a captar la oportunidad que está a su alcance y extraen de ella la mayor riqueza posible.
Quien quiera que su equipo actúe "heroicamente", ha de ser él mismo un héroe. Si quieres que tus empleados se apoyen unos a otros, apóyalos con el estímulo, con la lealtad. Y todos juntos, "correr a toda velocidad hacia la perfección".
Aplicación Práctica del Liderazgo Jesuita
El liderazgo al estilo jesuita, o "heroico" como ellos prefieren calificarlo, invita a cada uno a evaluar su impacto diario, a rectificar si es necesario y a definir qué es lo que se quiere dejar como impronta. Invita también a transformar un liderazgo casual por un liderazgo deliberado de cada uno y de los demás.
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Finalmente, el liderazgo al estilo jesuita exige dejar de actuar como si estuvieras dirigiendo a seguidores y empezar a actuar como líderes de líderes, hacer lo que ayuda a otros a liderar. Porque el talento bien desarrollado es lo que impulsa el éxito de un proyecto. Ningún instrumento de liderazgo es tan eficaz como el ejemplo de la propia vida del líder.
Los Ejercicios Espirituales
Los ejercicios espirituales, enfocados hacia el liderazgo personal efectivo: atraer los mejores talentos no por su inteligencia superior ni sus realizaciones, ni por su plan de negocios, sino por su habilidad para ayudar a los demás a hacerse líderes: todos tenemos potencial de liderazgo y los verdaderos líderes abren ese potencial a los demás.
Finalmente, el conocimiento de uno mismo, clave en los Ejercicios Espirituales, el arma secreta de los jesuitas, arraiga y nutre las demás virtudes del liderazgo. Porque el que descubre realmente quién es, qué quiere, qué defiende y hacia dónde va ya ha dado el primer paso hacia el liderazgo.
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