Margaret Thatcher, probablemente la figura política más influyente en el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial, ha sido devuelta a la actualidad por la serie «The Crown», destacando su férreo carácter.
Hija de un tendero y una modista, Thatcher se hizo con el liderazgo del Partido Conservador en 1975. Ha sido la primera y, hasta ahora, única mujer elegida como primera ministra por los votantes británicos y ostentó el poder desde 1979 hasta 1990. Su carácter tiránico, su racismo latente y su cinismo le hicieron merecedora del apodo de «La dama de hierro».
Hasta tal punto llegó la influencia de sus ideas, que tanto sus partidarios como sus detractores la convirtieron en un mito. También en el vestir marcó una época. En un mundo en el que solo los hombres llegaban al poder, la británica supo entender la importancia de la vestimenta y jamás descuidó su imagen.
«Visto de domingo siete días a la semana», aseguraba. Su estilo podría definirse como práctico y muy femenino, que no «sexy», habitualmente inspirado en otra de las grandes mujeres de la época: la reina Isabel II. Los tonos pastel y las joyas pequeñas completaban un estilo en el que el denominado «casco» -su peinado- era el protagonista absoluto.
A día de hoy todavía se percibe su influencia en la manera de vestir de las directivas e incluso en las políticas que desfilan cada semana por el Congreso.
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La Imagen y el Vestuario de una Líder
Los trajes de dos piezas -chaqueta y falda- fueron su seña de identidad; odiaba los pantalones. Entre sus marcas de cabecera estaban Aquascutum y Jean Muir, y aunque este tipo de look lo llevó hasta la saciedad en cualquier color, su fetiche era el azul.
Un color que aportaba ese toque elegante y serio, con el que proyectaba seguridad y que, por supuesto, hacía juego con sus ojos. Solía combinarlos con blusas de seda, con flores o estampados y, casi siempre, con lazos en el cuello.
Todo perfectamente estudiado para que además se viera el collar de dos vueltas de perlas, regalo de su marido tras nacer sus hijos. Era su joya más preciada. En cuanto al resto de complementos, Thatcher usaba guantes, que aportaban un aire sofisticado a su estilo, y los complementaba con bolsos de asa corta y unos cómodos «stilettos» de no más de tres centímetros.
En el pelo, la consigna era clara: corto y bien ahuecado.
Análisis del Liderazgo de Thatcher
Este artículo analiza el liderazgo de Margaret Thatcher mostrado en la película Iron Lady, sobrenombre con el que se la conoce. Se parte de una revisión literaria que aborda el análisis de las diferentes teorías de liderazgo, ejemplificando el caso de Margaret Thatcher, no vista desde la dimensión del género, sino desde dimensiones como la inteligencia emocional y el estilo de liderazgo (transformacional o transaccional).
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Para Margaret Thatcher, la opinión ajena terminaba exactamente en la punta de su nariz. Es decir, lo que la gente pensase de ella no tenía la mínima consideración. "Si te propusieras gustar a los demás, estarías preparado para ceder", decía.
Con este argumento gobernó sin aflojar su mano férrea desde 1979 a 1990. Esto último lo expone Henry Kissinger, ex secretario de Estado de EEUU y asesor de seguridad nacional de Richard Nixon, además de su mano derecha y el único personaje vivo de su gabinete.
Kissinger se refiere a ella como su "amiga querida" y cree que, por su impacto moral y psicológico, significó un soplo de aire fresco necesario en uno de los momentos políticos y sociales de mayor convulsión.
Thatcher tenía por costumbre no escuchar ni leer lo que se hablaba o escribía de ella. Tenía claro que despertaba tanto entusiasmo como desconcierto y tanto afecto como animadversión. Hija de un comerciante modesto y sin el destello aristocrático de otros líderes conservadores, se impuso en un contexto dominado por hombres y de absoluta confusión política, económica y social.
Aprendió a modular su voz y a manejar la retórica como pocos líderes, lo que reforzaba su estilo directo en el debate y su peso como contrincante. Tenía muy claras sus ideas de gobierno -muchas de ellas impopulares- y las aplicó de manera implacable, enfrentándose a políticos, sindicatos, trabajadores e incluso a sus propios ministros.
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"Me da igual cuánto hablen, mientras hagan lo que yo diga", declaró. Ella misma reconocía que no era una política de consenso, sino "de convicción". Precisamente esa elevada tolerancia al desengaño le permitió mantener un estilo de liderazgo autocrático que hoy suscitaría, sin duda, rechazo.
Tampoco resulta convincente, varias décadas después, su figura como icono feminista más allá de su importancia como primera mujer en el cargo de primera ministra británica. Elogiaba la utilidad de algunas cualidades femeninas en la política y comparaba la gestión de la mujer del hogar con el gobierno de un país. "En política -decía- si quieren que se diga algo, pídanselo a un hombre. Si quieren que se haga algo, pídanselo a una mujer".
Lo que Kissinger resalta en su libro es su capacidad de gobierno sin moderación en cuanto a metas, exigencias y entusiasmo. Fue uno de los puntales en esa transformación que vivió el mapa político internacional en la segunda mitad del siglo XX, con la mutilación del régimen comunista en Europa y la caída del muro de Berlín como símbolos de esa metamorfosis. Thatcher representaba esa fuerza occidental oportuna y capaz de gobernar sin doblegarse.
Margaret Thatcher tomaba decisiones sin contar con su equipo aunque éstas no fueran del todo populares. «Si quieres que algo se diga, pídeselo a un hombre. No digas, ¡actúa!. Era rápida y eficiente en su toma de decisiones. La crítica situación de recesión de Gran Bretaña cuando ella llegó al poder, la obligó a actuar drásticamente.
«Nadie se acordaría del buen samaritano si sólo hubiera tenido buenas intenciones. “No soy una política de consenso. Su comunicación era unidireccional: del líder al subordinado.
Por todo ello, podemos concluir afirmando que el estilo de liderazgo de Margaret Thatcher era el autocrático o autoritario. El liderazgo de Adolf Hitler es un liderazgo totalmente autoritario.
Tipos de Liderazgo Empresarial y su Relación con Thatcher
Existen varios tipos de liderazgo empresarial, y cada uno se caracteriza por diferentes enfoques y estilos de liderazgo. A continuación, se mencionan algunos de los tipos más comunes:
Liderazgo Autocrático
En este tipo de liderazgo, el líder toma todas las decisiones y ejerce un control total sobre el equipo. No se involucra en la participación o consulta de los miembros del equipo. Este enfoque puede ser eficaz en situaciones de crisis o cuando se requiere una toma de decisiones rápida, pero puede generar falta de motivación y creatividad en los miembros del equipo.
El liderazgo autocrático se basa en la concentración del poder y la toma de decisiones sin participación del equipo. Sus principales características son:
- Decisiones unilaterales: El líder toma todas las decisiones sin consultar al equipo y ejerce control total.
- Autoridad centralizada: Dicta reglas y directrices, con comunicación vertical y mínima interacción.
- Jerarquía rígida: Los roles están claramente definidos y las decisiones siguen una estructura estricta.
- Falta de participación: El equipo no tiene autonomía ni puede cuestionar las decisiones del líder.
- Alto control y supervisión: Se monitorean tareas de cerca, con énfasis en órdenes y cumplimiento.
- Rapidez en decisiones: Útil en contextos que requieren respuestas inmediatas sin demoras.
Este liderazgo puede ser efectivo en ciertas ocasiones, pero como desventaja puede crear muchas limitaciones para los trabajadores, ya que se ven muy poco reflejadas sus opiniones. Un gran problema es que puede bajar los niveles de creatividad, innovación y motivación de los miembros del equipo. Además, puede generar un ambiente de trabajo poco colaborativo y una falta de compromiso por parte de los empleados.
Algunos líderes autocráticos han sido figuras influyentes en distintos ámbitos:
- Steve Jobs: Cofundador de Apple, tomó decisiones unilaterales y era exigente, lo que generó tensión, pero también llevó a la empresa al éxito.
- Martha Stewart: Empresaria y personalidad televisiva, conocida por su control absoluto en decisiones y su meticulosa atención a los detalles.
- Vince Lombardi: Entrenador de fútbol americano, destacaba por su disciplina y exigencia, llevando a los Green Bay Packers a múltiples campeonatos.
- Margaret Thatcher: Ex primera ministra del Reino Unido, con un liderazgo firme e independiente que dejó una huella en la política británica.
Es importante tener en cuenta que el liderazgo autocrático puede tener aspectos positivos y negativos. Si bien estos líderes pueden haber tenido éxito en ciertos aspectos de sus carreras, también es importante considerar el impacto de su estilo de liderazgo en el bienestar y la motivación de los miembros del equipo.
Otros Tipos de Liderazgo
- Liderazgo Democrático: Fomenta la participación del equipo en la toma de decisiones y resolución de problemas, promoviendo creatividad, compromiso y satisfacción.
- Liderazgo Transformacional: Inspira y motiva a través de una visión compartida y un propósito elevado, fomentando el crecimiento personal y organizacional.
- Liderazgo Transaccional: Se basa en un sistema de recompensas y correcciones, donde el líder establece metas claras y proporciona incentivos para alcanzarlas.
- Liderazgo Carismático: Los líderes carismáticos inspiran y motivan a través de su personalidad magnética, persuasión y comunicación efectiva.
- Liderazgo Situacional: Este enfoque sostiene que el liderazgo efectivo varía según la situación y las necesidades del equipo.